La escápula u omóplato es el hueso triangular y alargado ubicado en la parte posterior del hombro. Está posicionada y sostenida por los músculos que se insertan en ella y unida a la clavícula y el húmero formando parte del complejo articular del hombro. Un rol importante de los músculos de la escápula es asegurar el movimiento de la misma, sobre y a lo largo de la pared torácica. Tanto un posicionamiento correcto, como una movilidad armónica de la escápula, son fundamentales para un movimiento normal y completo del hombro.
La Inhibición y/o desorganización del movimiento normal, por diferentes causas tales como lesión, sobreuso o fatiga de los mismos, pueden alterar tanto la posición normal como el movimiento coordinado que debe tener la escápula en relación a los movimientos del hombro. A esa alteración se la conoce como DISKINESIA.
Los factores predisponentes suelen ser:
Una entidad digna de mencionar es la SICK (acrónimo que significa, mal posicionamiento escapular, prominencia del borde medial e inferior, dolor coracoideo y diskinesia del movimiento de la escápula) que se refiere a una lesión resultante del sobreuso y fatiga muscular.
Signos y síntomas
Son necesarios tanto un cuidadoso interrogatorio acerca de todas las actividades del paciente y registro de los síntomas, como un exhaustivo examen visual estático y dinámico de la parte posterior del hombro.
Todos los músculos que se insertan a nivel de la escápula deben estar bien sincronizados en su acción para un suave y coordinado movimiento escapular durante el movimiento del brazo.
En cuanto a la alteración de la posición, podemos encontrar tres patrones clínicos característicos:
Ambos tipos están más asociados a lesiones labrales.
Estas alteraciones en el posicionamiento no siempre son de detección evidente, por lo cual la evaluación dinámica y algunas veces con repetición de los movimientos solicitados suele ser necesaria para poder reconocerlas.
Esta patología en sí misma se resuelve exclusivamente con rehabilitación, por rehabilitador especializado, enfocada en el restablecimiento de la sincronización de los patrones de movimiento correctos a partir de la activación muscular de los músculos debilitados o abolidos y de la relajación de los acortados o con aumento del tono. La armonización y coordinación de los movimientos, con el reconocimiento consciente de los mismos son el principal objetivo de tratamiento (a esto se lo conoce como reeducación propioceptiva). Los próximos pasos son el fortalecimiento, pero más específicamente el aumento de la resistencia muscular y finalmente el re-entrenamiento en la actividad específica del paciente (trabajo o deporte).
Las lesiones concomitantes (lesiones labrales, del manguito rotador, etc) pueden necesitar resolverse quirúrgicamente, una vez que se haya logrado remitir esta situación en primer lugar.