Las raíces nerviosas que emergen de la columna cervical forman el plexo braquial. Los nervios que se originan de dicho plexo son los responsables de dar la sensibilidad y motricidad del miembro superior.
El nervio supraescapular nace del tronco primario superior del plexo braquial conformado por raíces nerviosas cervicales provenientes de C4, C5 y C6. Luego de su nacimiento, se dirige por debajo del músculo trapecio hacia la porción superior de la escápula ingresando a través de la escotadura coracoidea, de esta manera continua en intimo contacto con el hueso, ubicándose finalmente por debajo los músculos supraespinoso e infraespinoso, a quienes les proporciona los ramos nerviosos necesarios para su contracción.
Los pacientes con compresión del nervio
supraescapular frecuentemente pueden presentar
dolor en la parte superior o posterior del
hombro y debilidad en los músculos del manguito
rotador (supra e infraespinoso). La pérdida de
fuerza en la abducción y la rotación externa es
producida por la falta de estímulo nervioso de
los músculos supraespinoso e infraespinoso por
parte del nervio supraescapular.
A la inspección es habitual observar grados
variables de atrofia o pérdida de la masa
muscular de las fosas supra e infraespinosa.
Un exhaustivo interrogatorio y examen físico del paciente son los pilares fundamentales para el diagnóstico de esta patología.
Los estudios complementarios de Resonancia (RMN) y electromiografía (EMG) intentarán confirmar la sospecha clínica.
La EMG evalúa la capacidad y la velocidad de conducción del estímulo eléctrico de un nervio hacia las fibras musculares.
Una EMG negativa no excluye la posibilidad de que pueda existir una lesión del nervio supraescapular.
La RMN puede poner de manifiesto quistes o gangliones paralabrales que pueden ser los causantes de la compresión nerviosa. Por otra parte, en los casos crónicos la RMN puede mostrar signos variables de atrofia muscular o cambios en la intensidad de señal de los músculos del manguito rotador debido a la falta de inervación o estímulo nervioso.
El tratamiento debe estar enfocado a la causa que genere el compromiso nervioso.
La rehabilitación orientada a mejorar la mecánica y la movilidad escapular constituye el tratamiento inicial en la mayoría de los pacientes.
Las lesiones causadas por microtraumas repetitivos obligan a la suspensión de la actividad laboral o deportiva y comenzar con la rehabilitación correspondiente.
En las rupturas masivas retraídas del manguito rotador que comprometan la transmisión del nervio supraescapular se realizará la reparación tendinosa y la liberación del nervio por vía artroscópica en el mismo acto quirúrgico.
En los casos de atrapamientos y compresión sintomática del nervio, la liberación endoscópica esta indicada. Mediante este procedimiento mini-invasivo se puede alcanzar el nervio en sus sitios de atrapamiento para realizar su descompresión. Se requiere de un avanzado entrenamiento en la cirugía artroscópica del hombro como para poder llevar a cabo este tipo de intervención quirúrgica.
En general, una vez tratada la causa de la compresión y lograda la liberación nerviosa, se produce un importante alivio del dolor y un incremento gradual de las fuerzas.